sábado, 31 de mayo de 2014

Unconditionally.

Pasa todo en cuestión de segundos: te caes, te levantas, sonríes, lloras, empiezas, acabas... En cuestión de segundos la teoría más cierta y a la que más te agarrabas se desploma, en cuestión de segundos un simple gesto revuelve tu interior, en cuestión de segundos miras a los ojos a esa persona y te das cuenta de que te tiene atrapado.
No sólo son segundos, son horas, días, semanas, meses, que pasan como si no hubiesen pasado. Es el tiempo que tardas en darte cuenta de que no sabes describir lo que sientes cuando le tienes cerca, nunca lo suficiente, porque le miras y tu corazón se acelera, tu estómago se encoge, no tienes palabras, no puedes pensar en otra cosa. Y eso pasa cada día, y cada vez es más fuerte.
En un simple pestañeo recuerdas la primera vez que le viste y piensas en como un extraño ha pasado a ser algo fundamental y completamente necesario. Piensas en como lo necesitas a cada segundo, verle, hundir la cara en su cuello, abrazarle, sentirle a tu lado.
En cuestión de segundos te das cuenta de que es todo en lo que piensas y todo lo que necesitas. En cuestión de segundos eres consciente de que es lo mejor que te ha pasado en mucho tiempo y que da igual todo lo demás. En cuestión de segundos te das cuenta de que quererle incondicionalmente es lo único que puedes hacer.